La Paradoja del Procrastinador Productivo: ¿Realmente Trabajamos Mejor Bajo Presión?
- Ariana Charca
- 25 feb
- 2 Min. de lectura

Sentirte agobiado porque la fecha de entrega de tu trabajo se acerca es algo que puede pasar debido a una mala organización del tiempo. No obstante, parece ser que hay personas que buscan estar en esa situación de manera intencional ¿Realmente es beneficioso trabajar bajo presión?
Escribe: Rodrigo Romero y Ariana Charca
Posiblemente, todos en algún momento han hecho una tarea a último momento y perciben que su productividad se dispara cuando están bajo presión. Si ese es tu caso, estás frente a una procrastinación activa, dado que has invertido tu tiempo en ejecutar otras actividades que no están relacionadas a la actividad prioritaria, para después enfocarte en dicha tarea principal cuando queda muy poco tiempo para completarla. Así, existe una forma en la que el individuo puede aprovechar la procrastinación sin ser ineficiente, esto recibe el nombre del procrastinador productivo. De esta manera, en vez de sentir culpa por perder el tiempo sin hacer nada, prefieres realizar otras actividades.
La procrastinación, por lo general, suele verse como una batalla entre la pereza y la responsabilidad. Sin embargo, en muchos casos, el problema no es la falta de disciplina, sino un mecanismo psicológico más complejo. Cuando posponemos tareas, nuestro cerebro encuentra alivio temporal al evitar el estrés de enfrentarlas. No obstante, conforme el plazo se acerca, la presión y la adrenalina se hacen mayores y en determinado momento, tenemos que tomar acción.
El resultado puede parecer positivo: logramos completar una tarea en el último minuto. Pero, aunque creemos que hemos trabajado de manera óptima, en realidad, la calidad del trabajo puede verse comprometida. La prisa impide revisar nuestro trabajo con detenimiento, mejorar ideas o explorar soluciones más creativas. Lo que percibimos como un "estado de flujo" inducido por la presión es, muchas veces, solo una respuesta al estrés.
Incluso, a largo plazo, la procrastinación productiva puede convertirse en un ciclo destructivo. Si bien es cierto que trabajar bajo presión puede dar resultados inmediatos, también genera ansiedad, fatiga y disminuye el disfrute de la tarea. Además, la constante dependencia de “esperar hasta el último minuto” refuerza hábitos que pueden ser perjudiciales para otros apartados de la vida. Por ello, debes autoanalizarte e identificar qué acciones te llevan a que pospongas tus tareas prioritarias, y empezar a modificarlas progresivamente para ejecutar tus responsabilidades. En la actualidad, existen diversas herramientas como técnicas y apps que ayudarán a que te centres en lo importante.
Una de las estrategias más destacadas es la regla de los 5 segundos presentada en el popular libro El poder de los 5 segundos de Mel Robbins. Esta técnica consiste en contar hacia atrás desde 5 hasta 1, de esta manera permite que tu cerebro se concentre y proporcione un control inmediato sobre tus pensamientos y acciones. En otras palabras, te garantiza ser más productivo con menos esfuerzo. Así, cada vez que te enfrentes al dilema de empezar una tarea o realizar cualquier otra actividad, deja de dudar: 5,4,3,2,1….¡y manos a la obra!
En conclusión, existe la creencia de que algunas personas necesitan presión para rendir mejor. Si bien la urgencia puede empujarnos a actuar, también puede limitar nuestra creatividad y bienestar. Así que, la próxima vez que te encuentres en una carrera contra el reloj, pregúntate: ¿realmente trabajas mejor bajo presión, o sólo estás acostumbrado a hacerlo así?




Comentarios