El dilema del futbolero en la UP
- Rodrigo Romero
- 26 abr 2024
- 3 Min. de lectura

Para quien es seguidor del fútbol mundial, la semana anterior estuvo muy cargada de algo aparte de los temidos exámenes de la UP: pasión futbolera.
Escribe: Rodrigo Romero
Eran las 3:15 p.m. del martes pasado y estaba saliendo de mi clase de Economía General 1 en el J, cuando en eso escucho un grito de gol que hizo retumbar todo el edificio. Así es, estaba jugando el Barcelona contra el Paris-Saint Germain por los cuartos de final de la Champions League, y este último había anotado un gol.
Lo más probable es que los días martes y miércoles de la semana pasada hayas tenido contacto con el fútbol de alguna manera. Si estabas almorzando tranquilamente con tu grupo de amigos en una de las cafeterías en la Universidad, seguramente habrás notado que mucha gente se reunía ahí a ver los partidos. El restaurante Jorge Alfonso también se llenó más que de costumbre, pues además de su excelente comida, cuentan con un televisor grande a través del cual muchos estudiantes siguieron los partidos. O quizás, si sigues a Confesiones UP, habrás leído muchos comentarios sobre los partidos en varias publicaciones.
Se dieron incluso casos de alumnos que usaron los televisores en los cubículos del J para ver los partidos. Una situación envidiable para cualquier amante del fútbol, pero que lógicamente terminó en que los sacaran del lugar.
Todo esto no trae ningún problema evidente. Alumnos alrededor del campus reunidos para disfrutar de un apasionante encuentro de fútbol y tener un momento de relajación tras un largo día de estudios.
Pero una de las peores cosas que le puede pasar a un verdadero fanático del fútbol es que un partido importante coincida con una de sus clases (créanme, no es agradable). Lógicamente, ante estos casos debería primar el sentido de responsabilidad por atender a la clase. Pero en la práctica, ¿realmente es así?
Si no eres seguidor del fútbol puede que esto no lo sepas, pero mientras tú estabas en modo hipnósis escuchando al profesor en tu clase de 1:30 p.m. a 3:10 p.m. los días Martes o Miércoles de la semana pasada, en tu aula había alguien, probablemente sentado al fondo, que estaba siguiendo los partidos de la Champions League desde su celular. Quizá, los más osados, con los AirPods puestos.
Y es aquí donde quien no conoce a fondo este bello deporte se pregunta: ¿La pasión por el fútbol es de tal magnitud que hace olvidar a los estudiantes que los exámenes están a la vuelta de la esquina?
A estas alturas dudo que sea un secreto la pasión que existe por el fútbol. Si haces memoria, recordarás toda la locura que se desató en los mundiales 2018 y 2022, donde cientos de alumnos se reunían y faltaban a clases para ver los partidos de este campeonato. Si bien la semana pasada no ocurrió algo de semejante magnitud ni muchísimo menos, deja en evidencia una vez más que el fútbol es una parte importante de la cultura de muchas personas y no puede ser ignorado tan fácilmente.
La Universidad no controla que los alumnos dejen de ver partidos en clase y realmente presten atención; tampoco busca hacerlo ya que confía en que cada uno es consecuente con sus decisiones y que valoran el esfuerzo de sus padres por darles la oportunidad de estudiar en la UP. Por eso, si te encuentras con un dilema similar, debes saber que eres totalmente libre de ver partidos de fútbol en las clases o directamente faltar a las mismas, pues nadie te lo va a prohibir. Pero también debes ser consciente que ello va a repercutir negativamente en tus resultados académicos.
Lo cierto es que estos no son ni serán hechos aislados en esta época del año, pues los martes y miércoles de las siguientes dos semanas se jugarán las semifinales de este prestigioso torneo, y muchos estudiantes estarán atentos al desarrollo de estos partidos (ojalá fuera de las aulas). Queda claro que nuestro deber principal como estudiantes de la UP es lograr la excelencia académica y ser líderes con propósito; pero casos como estos dejan en evidencia que siempre hay espacio para nuestras pasiones, en este caso el fútbol.




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