Entre historias memorables, chismes y regrets: FIESTA DE FIN DE PARCIALES UP
- Lucía Bustamante
- 13 may 2024
- 2 Min. de lectura
Ir a la fiesta de fin de parciales resulta, en la mayoría de casos, una experiencia gratificante, divertida y memorable después de los exámenes y amanecidas a los que la UP nos tiene acostumbrados. Y es que este año en particular, las expectativas eran altas: el deseo de que el CEUP organice una fiesta tan icónica que nos llene de alegría y, sobre todo, chisme.
Escribe: Lucía Bustamante

El lunes después de parciales parece un día irreal ¿Cómo es posible que hayamos salido vivos de esa semana tan matadora? Y más aún, ¿Cómo nos recuperamos de la resaca de la fiesta de FDP? Lo primero es el desconcierto. Nos sorprendemos de cómo nuestro cuerpo aguantó las desveladas a base de volt y luego las cantidades industriales de alcohol. Este artículo no tendrá ampays al estilo Magaly si es lo que buscan, pero sí brindará un recuento de las cosas más comunes que suceden y hacen que se sienta la ansiedad al volver a la U luego de la resaca del domingo.

Partamos de lo más común. Nunca faltan las miradas juzgonas llenas de complicidad y curiosidad de tus amigos al recordarte todo lo que hiciste. Imaginarte haciendo todas esas locuras te llena de cringe y hace que juremos no tomar nunca más. Pese a ello, hay que admitir que estos arrepentimientos no borrarán las fotos y videos de la galería de tus amistades. Sin embargo, no todo está lleno de shame. Ver las fotos al día siguiente en tu teléfono y no recordar en qué momento las tomaste resulta chistoso y te saca unas cuantas risas. ¿Qué clase de persona eres tú?
Pueblo chico, infierno grande: Entre otras cosas más intensas, está la inmensurable ansiedad por encontrarte a tu “agarre” en la universidad, descubrir que está en tu salón, o peor aún, que sea un conocido y esto termine por arruinar la amistad. Lo cierto es que la UP es demasiada chiquita y las probabilidades de cruzarse a esa persona son bastante altas, así que agarra tu dignidad para que no se te caiga al verlo/la.

Asimismo, se encuentra la situación en la cual tú el que vio a tu crush chapando con alguien más. En medio de la euforia de la fiesta, es inevitable que los ojos se posen en momentos y personas inesperadas. Pero cuando esa escena incluye a la persona en cuestión, el impacto es diferente: sentirse como un intruso en una escena que no te corresponde.
Por último, las típicas confesiones hechas por personas que quedaron flechadas en plena fiesta: “Confieso que vi un chico con camisa blanca… bla bla bla” . El chiste de ir a las fiestas es socializar, el único consejo ahí es: sin miedo al éxito. You only live once.
En resumen, enfrentar la realidad después de haber vivido una noche llena de euforia implica aceptar aciertos, desaciertos, arrepentimientos, cringe, vergüenza ajena, pero sobre todo, historias memorables dignas de ser contadas. Mirarle el lado bueno a las cosas y pedir disculpas (si se amerita) es siempre el mejor de los consejos.
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