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Transportistas en paro: un país detenido por la inseguridad

  • Daniela Cano
  • 14 oct
  • 2 Min. de lectura
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Escriben: Daniela Cano y César Valverde

¿Qué está ocurriendo?


El paro de transportistas del presente año nace como respuesta al asesinato de un conductor en San Juan de Miraflores, hecho que provocó indignación entre sus pares. 


Los representantes del sector sostienen que este suceso no es un caso aislado, sino la evidencia de una problemática continua de inseguridad, marcada por extorsiones, amenazas y cobros ilícitos que afectan al sector formal e informal. Esta realidad refleja una crisis estructural de seguridad pública, un síntoma de todos los transportistas que sienten la débil presencia del Estado, donde las denuncias no avanzan y los criminales actúan con impunidad


¿Hay respuesta del gobierno Peruano?


El gobierno convoca de emergencia a los líderes transportistas para entablar un diálogo con representantes del MTC y presidencia del consejo de ministros, consiguiendo pulsar la protesta momentáneamente, aunque los problemas de fondo permanecen sin solución: el avance del crimen organizado, la escasa supervisión en las rutas y la falta de seguridad para los trabajadores del transporte.


Como estudiantes, ¿qué hacer?

Como estudiantes, no podemos mirar con indiferencia la coyuntura de nuestro país. El paro no solo afectó la posibilidad de trasladarse por la ciudad, sino que expuso una crisis de inseguridad y violencia que interpela a cada uno de nosotros. Mientras en el cruce de la avenida Sánchez Cerro con Salaverry todo parece en parsimonia y calma, a unos cuantos kilómetros de distancia, en los distintos distritos de Lima Metropolitana, conductores, cobradores y pasajeros se enfrentan a extorsiones, amenazas y asesinatos. 


¿Basta con indignarse en redes?, o ¿colocar un signo de interrogación en una historia del ejecutivo es suficiente? Si no es así, cuál debería ser nuestro rol como estudiantes. ¿es que miramos con indiferencia la coyuntura del país? Quizás, solo quizás, es necesario tomar un rol más activo. Un buen primer paso es tener conversaciones incómodas y hablar sobre esta situación. Porque lo que no se verbaliza, no existe. 


Cierre

La Universidad del Pacífico forma líderes con propósito, como reza su principal eslogan. Y ser un líder con propósito empieza por mirar de frente la realidad, por incomodarse ante la injusticia, por escribir y hablar cuando el silencio se vuelve cómplice. Porque cuando el país se “desangra", escribir debe ser un acto de servicio hacia los demás.


 
 
 

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