La crisis del programa Wasi Mikuna: De la promesa de alimentación escolar a un escándalo de intoxicaciones
- Alessia Avalos
- 13 abr
- 4 Min. de lectura

Más de cien niños intoxicados, alimentos contaminados, promesas rotas. El programa Wasi Mikuna, concebido para nutrir el futuro del Perú, se ha convertido en una pesadilla que expone la fragilidad de un sistema donde el hambre y la corrupción parecen ir de la mano. ¿Quién responde por la salud de estos niños, y cuál será el precio de esta negligencia?
Escribe: Alessia Avalos
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En noviembre de 2024, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) presentó con bombo y platillo el programa Wasi Mikuna, con la intención de mejorar la alimentación escolar en el Perú. El nombre, "comida de casa" en quechua, evocaba la promesa de un sistema más saludable al priorizar la adquisición de alimentos frescos y nutritivos, fomentando la compra de productos locales.
En ese sentido, no solo se buscaba mejorar la calidad de la alimentación escolar, sino también dinamizar la economía local. Además, se tenía como objetivo involucrar activamente a los padres de familia en el proceso, otorgándoles un papel más relevante en la gestión de la alimentación de sus hijos. La idea era comprar a proveedores de la zona y que los mismos padres organizaran el servicio. A diferencia de su predecesor, el programa Qali Warma, que ya llevaba 11 años operando con una serie de cuestionamientos, Wasi Mikuna prometió no repetir los errores del pasado. Sin embargo, a solo tres meses de su implementación, la situación ha derivado en un desastre sanitario.
La crisis comenzó a tomar forma cuando el 3 de abril, 105 alumnos de un colegio en Piura se intoxicaron tras consumir los alimentos proporcionados por el programa. Los escolares, quienes sufrieron fuertes dolores estomacales y vómitos, fueron trasladados de urgencia al centro de salud, el cual colapsó debido al número de casos. Las denuncias de padres de familia no tardaron en llegar, señalando que los alimentos entregados, como conservas de pescado y leche, no solo estaban en mal estado, sino que aparentemente contenían elementos extraños como gusanos, vidrios y larvas.
No obstante, no fue un incidente aislado. En otras partes del país, como Cañete y Loreto, las denuncias de alimentos en mal estado se multiplicaron. La situación se agravó cuando, la titular del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (MIDIS) Leslie Urteaga anunció la extinción del programa Wasi Mikuna en una conferencia de prensa el viernes 4 de abril. Aun así, no quedó claro qué plan de contingencia existía para asegurar que los niños continuaran recibiendo alimentos. De hecho, más de 4 millones de escolares en todo el país dependían de este programa, y su cierre inmediato dejaba a muchos sin acceso a la alimentación escolar.
Según expertos como Norma Correa, especialista en Políticas Públicas de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), el fracaso de Wasi Mikuna se debe principalmente a una supervisión deficiente y a proveedores ineficaces o corruptos.
Uno de los pilares del programa era la participación de los padres en la gestión de los alimentos. En este modelo, se asignaba dinero a los comités de gestión escolar, formados principalmente por padres, quienes debían comprar los alimentos en los mercados locales y prepararlos en los colegios. Aunque la idea de apoyar la economía local parecía atractiva, este enfoque resultó impráctico e insostenible.
La preparación de los alimentos por parte de los padres generó una cadena de riesgos, ya que el factor de contaminación podía surgir dentro de los mismos colegios debido a la falta de supervisión adecuada. Además, no todos los padres tenían el tiempo ni las habilidades necesarias para cumplir con estas responsabilidades, lo que hizo que el modelo fuera difícil de replicar en todas las instituciones educativas. Por lo tanto, la falta de un sistema adecuado de supervisión y control de los proveedores, combinada con la ineficacia del modelo basado en los comités de padres, contribuyó al colapso del programa.
Lo que está en juego con la crisis de Wasi Mikuna no es solo la eficacia de un programa social, sino la confianza de los ciudadanos en los servicios públicos. Los programas de asistencia alimentaria, al igual que otros servicios públicos, requieren la confianza de la población para funcionar correctamente. Sin ella, se corre el riesgo de que los programas sean rechazados por quienes más los necesitan.
Si bien la decisión del Ejecutivo de extinguir Wasi Mikuna ha sido un paso necesario, no queda claro qué modelo sustituirá al programa. La estructura actual del sistema de alimentación escolar en el Perú necesita ser revisada a fondo para garantizar que no se repitan los mismos errores. Es necesario un enfoque que no solo garantice la calidad y seguridad alimentaria, sino que también asegure una gestión eficiente y una supervisión rigurosa. Mientras tanto, la salud y el bienestar de los niños siguen siendo una preocupación urgente.
Referencias bibliográficas:
Diario La República. (4 de abril de 2025). Más de 100 niños intoxicados por desayuno del Estado Peruano [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=kBCBA7GrhsA
Lizama, N. (8 de abril de 2025). La odisea de Wasi Mikuna continúa con nuevas denuncias e intoxicaciones. https://peru21.pe/politica/la-odisea-de-wasi-mikuna-continua-con-nuevas-denuncias-e-intoxicaciones/
Redacción Gestión (7 de marzo de 2025). Destinarán casi S/ 7 millones para implementar Wasi Mikuna: ¿en qué se usará?. https://gestion.pe/economia/gobierno-peruano-midis-destinara-s-69-millones-para-implementar-wasi-mikuna-en-35-colegios-priorizados-noticia/?ref=gesr
RPP Noticias. (6 de abril de 2025). Anuncian extinción del programa social Wasi Mikuna tras intoxicación de escolares [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=28OGZBpci7s
Resolución Ministerial N.° 078-2025-MIDIS. (6 de marzo de 2025). Artículo 1.- Autorización de Transferencia Financiera. https://www.gob.pe/institucion/midis/normas-legales/6543571-078-2025-midis